Víktor no se ha ido solito de Ucrania…ha salido del país acompañado de su novia y de la mascota de ambos, según ha podido verse en las imágenes de las cámaras de seguridad de su casa. Viktor no ha tenido tiempo de llevarse ni a Liudmila, su mujer desde hace más de 40 años ni, que se sepa, a sus hijos.
De esta manera se ha sabido que el bueno de Víktor no solo disponía de una finca de varias decenas de metros cuadrados con una casa de cinco plantas, dotada con grifería de oro, la clásica flota de coches lujosos, helipuerto y hasta avestruces pastando por el jardín, todo eso lo compartía con Liubov Polezhay, que así se llama su novia, una chica de 39 años dueña de un spa en Kiev y tan religiosa que la Iglesia Ortodoxa la distinguió con la Orden de la Princesa Olga por su contribución a la reconstrucción de la catedral de Pereyaslav-Jmelnitsky.
