La violencia de las protestas tras la aprobación por el Parlamento de un paquete de medidas prohibitivas sobre la libertad de expresión y reunión en Ucrania, ha conseguido una tregua entre manifestantes y agentes policiales, concluyendo a las 19:00 horas.
A comienzos de la próxima semana, el Parlamento celebrará una sesión extraordinaria para afrontar la crisis actual, exigiendo la dimisión del Gobierno y la revocación de las leyes que califican de represivas.
Por su parte, el primer ministro ucraniano, Mykola Azarov, aseguró que no hay necesidad de aplicar el estado de emergencia, aunque el Gobierno se reserva el derecho de restaurar el orden. La tensión se está extendiendo a otras zonas del país. En la región occidental de Lvov, los manifestantes tomaron la sede de la delegación del Gobierno de Ucrania y han obligado a presentar su dimisión del delegado del Ejecutivo, Oleg Salo.
En la Unión Europea, el presidente del Comité de las Regiones, Ramón Luís Valcárcel, ha criticado al gobierno ucraniano, está “más entregado a la mafia y al crimen que a la gobernanza de los ciudadanos”. En siete días, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, viajará a Kiev para reunirse con el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, y con líderes de la oposición para “lograr una solución política”.
