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Alonso y Vettel vuelven a hacer de coyote y correcaminos y el alemán sentencia el Mundial

Llegar segundo con el coche que le ha dado Ferrari tiene mucho mérito, pero no tanto como para ganar el Mundial. Fernando Alonso ha sacado todo lo que ha sido posible del monoplaza que conduce: hizo una salida impresionante, siguió una estrategia impecable y prolongó la vida de sus neumáticos hasta donde se pensaba que no se podía…pero pese a todo eso llegó a la meta medio minuto después que Sebastian Vettel (Red Bull)…una distancia que en Fórmula 1 es la equivalente a la que hay entre la Tierra y la Luna.

Vettel será tetracampeón del mundo, y muy pronto. La ventaja que le saca a Alonso es ya inalcanzable, salvo que el alemán abandonase en todas las carreras que quedan por disputarse y Fernando Alonso las ganase todas. Ambas cosas son muy improbables. La primera porque el Red Bull no falla y la segunda porque el Ferrari, ahora mismo – y pese al resultado de hoy- es el tercer o cuarto coche de la parrilla.

El Gran Premio de Singapur no ha reflejado esa realidad – salvo en el caso de Felipe Massa- y en el mismo, además de la salida de Alonso ha sido determinante la salida del coche de seguridad y la habilidad de los responsables de Ferrari para hacer entrar al piloto asturiano, algo que le ha permitido situarse por delante de Mark Webber (Red Bull), Hamilton y Rosberg (Mercedes) y hasta Raikkonen y Grosjean (Lotus) y firmar un segundo puesto que, ayer mismo, cuando Fernando Alonso se clasificó como séptimo en la parrilla de salida.

 

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