'Qué te cuentas?'

Con razón había pánico en el ambiente

Agentes de la Policía Nacional han detenido a un peligroso fugitivo que se escondió en una habitación del pánico para evitar el arresto. El prófugo, Mark Alan Lilley natural de Reino Unido y 41 años de edad, fue localizado en un chalé de la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, donde residía con identidad falsa.

La vivienda contaba con una estancia anti asalto, a la que se accedía desde una puerta de seguridad camuflada en el vestidor de su dormitorio, donde se ocultó cuando entraron los agentes. Además, tenía en el interior un ordenador desde el que controlaba las cámaras de seguridad del circuito cerrado de televisión del chalé.

El ahora detenido fue condenado en el año 2000 a 24 años de prisión por narcotráfico y figura entre los delincuentes más buscados por las autoridades británicas. Había cambiado su aspecto físico de forma considerable y se había convertido en un experto en una modalidad de combate de originaria de Brasil denominada “vale tudo” en la que los luchadores pueden utilizar cualquier tipo de arte marcial o deporte de contacto.

Habitación del pánico

Una vez que los agentes especializados en la localización de fugitivos averiguaron el lugar donde residía el fugitivo ahora detenido, se solicitó el apoyo del Grupo operativo Especial de Seguridad (GOES), que procedió al asalto de la vivienda. En su interior había dos hombres y dos mujeres, pero ni rastro de la persona reclamada. Los policías realizaron entonces una minuciosa búsqueda por las distintas estancias del chalé y observaron que en un armario, situado en el vestidor del dormitorio principal, había una moldura de madera diferente al resto.

Al desmontarla quedó al descubierto lo que parecía ser una puerta de seguridad que daba acceso a lo que se conoce como habitación del pánico, un espacio de seguridad donde buscar protección en caso de sufrir un ataque. Tras intentar abrirla sin éxito, el fugitivo se entregó al no tener otra posible vía de escape. Los perros de presa que había en el jardín alertaron a Mark Alan Lilley de la actuación policial y se escondió en la estancia, desde donde podía controlar el exterior por medio de un ordenador conectado al CCTV de seguridad.

 

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