Vigo al minuto

Pasión por el Barça en Peinador

Andrés Iniesta atendió a decenas de aficionados que fueron hasta Peinador

Cientos de personas despidieron pasadas las 9 de la noche, en Peinador, a los jugadores del Fútbol Club Barcelona. En medio de un impresionante despliegue policial, dentro y fuera de la terminal, los seguidores del Barça esperaban para ver de cerca a sus ídolos, empezando, por supuesto, por Leo Messi, quien hoy marcó en Balaídos, aunque esta vez su genio no fue suficiente para doblegar a los vigueses que firmaron un encuentro que ha dejado claro porqué tiene que seguir en Primera.

Los astros blaugranas, aunque llegaron con el tiempo justo para embarcar rumbo a Barcelona, no dudaron en pararse y firmar autógrafos a numerosos chavales que les tendían camisetas del Barça, de la selección argentina, balones, posters, fotografías o del la campeón del mundo: el equipo español.

El primero en atender a sus admiradores fue Andrés Iniesta, para muchos entendidos el mejor jugador español de todos los tiempos. El cerebro de los catalanes y de la Selección Española, fue quien más se detuvo para estampar su firma y quien más pacientemente esperó a que le hiciesen decenas de fotos.

También se detuvo Thiago, uno de los más aclamados y quien acaparó más flases. El hijo de Mazinho desplegó una amplia sonrisa cuando decenas de personas corearon su nombre mientras agitaban bolígrafos y libretas.

El techo de Peinador pareció venirse abajo cuando apareció por la puerta de la terminal de salidas el mejor futbolista del planeta. Leo Messi, tímido, serio y llevando la caja de una hamburguesa en la mano, saludó al público y, casi al momento, se acercó a las vallas tras las cuales se agolpaban sus incondicionales y fue firmando, rápidamente, en varios de los papeles que le tendían. El genio argentino se detuvo algo más cuando le extendieron una camiseta del equipo nacional de Argentina, con su nombre y su número, en esa esquina se entretuvo, ante la vista inquieta de uno empleado del Barcelona que le recordaba que tenía que embarcar cuanto antes.

Asimismo, Gerard Piqué no quiso defraudar a los ‘culés’ que habían ido a despedir a su equipo, lo mismo que David Villa, que fue el último en entrar y quien más autógrafos firmó: a toda velocidad y casi desde el inicio de la línea en la que le aguardaban los aficionados y hasta la misma puerta de embarque.

El máximo goleador de la historia de la Selección, completamente recuperado de la gravísima lesión que le mantuvo apartado de los terrenos de juego durante un año, atendió a mayores y, especialmente, niños, varios de los cuales se saltaron el cordón policial para lograr la tan esperada firma.

 

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