Las fuerzas del Gobierno sirio y los rebeldes opositores que combaten contra el régimen, han cometido crímenes de guerra en la lucha que mantienen desde hace más de un año aunque, “en el caso de la disidencia, su gravedad, frecuencia y escala» no alcanza los niveles del régimen del asesino Bashar al Assad, según el informe de una comisión de expertos de Naciones Unidas.
Dicha comisión, encabezada por Paulo Pinheiro, ha alertado de que las tropas gubernamentales y la milicia aliada ‘shabbiha’ han incurrido en crímenes de guerra y contra la humanidad y cita como ejemplos casos de asesinato y tortura.
Además, en el informe de 102 páginas, los expertos de la ONU acusan a las fuerzas leales a Assad de «graves violaciones de la ley internacional sobre Derechos Humanos» y de la ley humanitaria internacional, “incluyendo asesinatos, torturas, detenciones arbitrarias, violencia sexual, ataques indiscriminados, pillaje y destrucción de propiedades».
