Decenas de miembros de las fuerzas de seguridad y de las milicias que apoyan a Assad han muerto y han resultado heridos en el ataque perpetrado este jueves por los rebeldes sirios contra la comisaría de Policía más grande de Damasco. Ayer por la tarde, opositores al régimen sirio, armados con rifles de asalto AK-7, ametralladoras y explosivos, atacaron la sede de seguridad, en el céntrico distrito de Qanawat.
Varios activistas que estaban en el lugar han informado de que ha explotado una bomba al paso de tres patrullas policiales que, de acuerdo con las noticias difundidas por varias agencias, entre ellas Reuters, han dejado decenas de cadáveres de miembros de la policía y de la milicia ‘shabbiha’, afecta al dictador, en la céntrica calle Jaled bin al Walid.
Pese a que las autoridades sirias tienen prohibido el paso a la prensa internacional, lo cual no ha permitido verificar el número exacto de víctimas, la noticia ha sido confirmada por diferentes declaraciones de testigos presenciales.
