Más de 14.000 ya fueron despedidos, prejubilados o jubilados entre 2010 y 2011, según los datos de las Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación de Cajas, a causa del cierre de 2.900 sucursales. Este ritmo de destrucción de trabajo se mantendrá en 2012, según datos de los sindicatos, que estiman que a 31 de diciembre de 2012, el número de empleados de cajas y se reduzca en 12.000 más.
Este descenso de trabajadores se debe esencialmente a las fusiones que ha habido en el sector y a la práctica desaparición de las cajas de ahorros, tras un proceso de bancarización iniciado desde el inicio de la crisis, lo que hará que 2013 empiece con 199.000 empleados frente a los más de 231.000 que había en hace solo cinco años.
Contrariamente a lo que podría parecer, el rescate de la banca española, lejos de invertir este proceso lo acelerará. Será así porque la mayoría de las entidades que se beneficiarán del rescate deberán asumir el pago de fuertes intereses, lo que derivará en un recorte de gastos, empezando por el mayor de ellos, el de personal.
