Los alemanes se llevaron una doble decepción: por perder la Champions este año y por hacerlo delante de su público. En un partido que tuvo rachas de juego, Müller marcó para el campeón alemán, a falta de tres minutos y, apenas 80 segundos después, el Chelsea, que no había tirado entre los tres palos prácticamente en todo el encuentro, empató gracias a un cabezazo de potencia, fuerza y tesón de Drogba.
Los dos equipos, muy cansados, encararon la prórroga, con un Fernando Torres que aún fresco, puesto que había entrado en el terreno de juego a falta de 7 minutos para la conclusión del tiempo reglamentario. Cuando se llevaban algo más de 2 minutos de la primera parte de la prórroga, el árbitro sancionó con penalti una entrada de Drogba a Ribéry, lanzamiento del que se encargó Robben, y que detuvo el meta Check, dando más emoción aún a un choque que, hasta el final, no había destacado por su calidad.
Acabada la prórroga sin que se moviese el marcador, la copa hubo de jugarse a los penaltis, el primero lo tiró el alemán Lahm, y marcó, por el Chelsea el español Mata abrió la tanda y paró el meta alemán, lanzó Mario Gómez y Check no pudo hacer nada, David Luiz, se sacó un obús imparable, por el Bayern siguió el meta Neuer, raso, y marcó, por los ingleses llegó el turno de Lampard que no se inmutó y puso el 3-2, Olliet falló para el campeón de Alemania y Kole, empató para los ingleses, falló el Bayern y Drogba, no perdonó y dio el título al Chelsea.
