Más de catorce millones de sirios están llamados este lunes a las urnas para elegir a los miembros de la Asamblea Popular de acuerdo con lo establecido en la Constitución aprobada en febrero. Los 152 colegios electorales instalados en el país han abierto sus puertas a las 7.00 horas (6.00 horas en España) y las cerrarán a las 22.00 horas (21.00 horas) para que 14.788.644 sirios, incluidos los expatriados, elijan 250 nombres entre los 7.195 candidatos que aspiran a ocupar un escaño en 15 circunscripciones electorales.
Mientras el ministro de Información, Adnan Mahmoud, ha asegurado que los comicios se celebrarán en una «atmósfera democrática», con pluralismo político y libertad de prensa, la oposición, que lleva 14 meses protestando y luchando en las calles contra el Gobierno de Bashar al Assad, ha denunciado que estas elecciones son una farsa para calmar los ánimos de la comunidad internacional. Sus dirigentes recuerdan que el Parlamento carece de poder real y que “da igual lo que se vote”.
Y no les falta razón, puesto que en la Asamblea Nacional no hay representantes de la oposición, lo que proporciona al dictador Assad, un Parlamento completamente domesticado a sus deseos y a los de su familia, que domina todos los resortes del poder en aquel país.
Las elecciones deberían producirse en medio del alto el fuego que entró en vigor el pasado 12 de abril como parte del plan de paz de Annan pero, tanto los observadores internacionales, como los miembros de organismos no gubernamentales, han denunciado y probado que Assad no ha respetado la tregua ni un solo día y ha seguido bombardeando ciudades y matando a sus opositores.
