Así será desde este martes, día 1 de mayo, fecha en la que entra en vigor la ley que limita la venta de marihuana en los ‘coffee shops’ holandeses del sur del país a los no residentes. Según el gobierno de los Países Bajos, el objetivo no es otro que acabar con el denominado ‘turismo del porro’ para el que Holanda era la tierra prometida. Y es que hasta este lunes, cualquier turista mayor de edad de cualquier nacionalidad podía consumir drogas blandas en estos establecimientos.
Muy mala noticia para los 135.000 españoles que visitaron estos famosos cafés durante 2010, ni más ni menos que el 30% de todas las visitas realizadas a Holanda, aunque un número más modesto que los de estadounidenses que cruzaron el charco para poder liarse un porro tan tranquilos, 175.000 exactamente.
La nueva normativa limita la venta de cannabis a los propios holandeses o ciudadanos con permiso de residencia que, para ello, deberán inscribirse como miembros de los ‘coffee shops’ para acceder a esta sustancia, lo que hará de estos bares, que lugares tan gratos para conversar, unos clubs privados que podrán tener un máximo de 2.000 socios.