La Premio Nobel de Literatura de 1996, la polaca Wislawa Szymborska, falleció ayer a los 88 años mientras dormía en su vivienda de Cracovia.
La poetisa se caracterizó siempre por una ironía y una agudeza llena de humor. Escribió más de una veintena de obras y fue, también, crítica literaria, clumnista y traductora.
Sus relatos antropológicos de la finitud humana y de la debilidad del hombre frente a la naturaleza, son simplemente prodigiosos.
Sus piezas literarias representan las cumbres más altas de la poesía polaca contemporánea, junto a las de Czeslaw Milosz o Tadeusz Rozewicz. Entre sus obras: Preguntas planteadas a una misma (1954), Fin y principio (1993) o De la muerte sin exagerar (1996).