El Sindicato de Enfermería ha recopilado a través de su organización en Galicia datos de la situación en los distintos centros sanitarios gallegos que han llevado a la “observación de recortes y disminución artificial de la ocupación del sistema sanitario gallego”. Según Carmen García Rivas, Secretaria General autonómica de SATSE, la información obtenida por los cargos del sindicato en toda la Comunidad revela una “política a hurtadillas de recortes agresivos en la Sanidad Pública Gallega”. Según Rivas, no solo “se están dejando de abrir servicios y centros y congelando listas de espera”, sino que muchos ingresos se evitan de manera forzada, lo que evidencia un descenso que “es evidente que no es debido a una inexplicable epidemia de salud en la población”.
Uno de los frentes donde la tijera es más evidentemente es el de material y medios, donde se está ahorrando al máximo y SATSE ha recogido quejas por estar bajo mínimos y sin apenas repuestos. En cuanto a ocupación y rendimiento de los centros gallegos, los datos de SATSE obtenidos por distintas vías, “en ocasiones teniendo que lidiar con reticencias de las gerencias y falta de transparencia”, revelan que frente a la ocupación declarada del 100% muchos centros trabajan recortados por debajo de lo anunciado.
Según SATSE, unos de los casos más evidentes se da en el área sanitaria de Orense, donde existe una nueva figura médica, el “médico ingresador“. El “medico ingresador” en realidad agiliza aquellos casos cuyo tratamiento y análisis rápido puede evitar los ingresos. En esta área, la ocupación es del 91%. Aunque la cirugía está al pleno rendimiento, las operaciones de cadera se derivan a la concertada, mientras que la lista de espera está bloqueada y sencillamente no se están operando, como las operaciones de varices, paralizadas sin aviso alguno de cuándo se retomarán.
Sobre la ocupación de camas, se han observado muchas anomalías en diversos centros. En el Complejo Hospitalario Universitario de Coruña hay unas 200 vacías. En el Lucus Augusti, además de que se habla de derivaciones a la sanidad privada, se cifran en 149 las camas libres. En el Barco de Valdeorras, obstetricia está vacía. El Complejo Hospitalario de Pontevedra tiene 122 camas sin usar de las 621 de que dispone. Su ocupación oscila entre el 70% y el 80% todo el año, y sus ingresos por urgencias son solo del 16.85%. En el área de Vigo, “en la que hay poca transparencia de los datos”, se declara un funcionamiento del 100%, pero los trabajadores consultados consideran evidente que no es cierto. En el mismo Hospital Cíes se cierra una planta según las necesidades, y en los únicos cuatro días de septiembre en que se atendió, solo 72 personas llegaron a estar ingresadas en total.
El personal también sufre gravemente la situación, debido a que la falta de contrataciones y sustituciones pasa una enorme factura a su carga de trabajo. Aunque los trabajadores son conscientes de la situación económica actual, consideran que las medidas que se adoptan para solventarla recaen siempre en empleados y usuarios, que ven recortados derechos, salarios y servicios respectivamente.
Las consecuencias de todas estas condiciones, según SATSE, “son un empeoramiento perceptible de la Sanidad Pública Gallega” que está afectando tanto a los trabajadores implicados como a la calidad de la atención que se debe prestar a los usuarios. Para el sindicato “estos recursos ni siquiera suponen un ahorro, ya que crean una masa de ciudadanos sin atender” que, aunque maquillen las estadísticas de la Sanidad Pública Gallega al resultar invisibles, al estar de baja están generando costes igualmente para la sociedad.