Eso ha pedido el Papa a los fieles durante el Ángelus, este martes en el Vaticano. Dirigiéndose a los congregados en castellano, Benedicto ha subrayado, refiriéndose al Día de Todos los Santos que “esta liturgia invita a contemplar el amor infinito de Dios, que se refleja en la victoria de los que ya gozan de su gloria en el cielo«. El Papa ha continuado, «es el amor del Padre que nos llama a ser hijos suyos, nos entrega a su propio Hijo para redimirnos con su sangre purificadora. Por eso nos proclama dichosos aun cuando sufrimos tribulación, porque en Él tenemos nuestra esperanza«.
Luego, en italiano, el pontífice ha recalcado que “todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a ser santos, según la afirmación del apóstol Pablo: ‘La voluntad de Dios es que sean santos'», precisando que no hay que mirar la Iglesia «en su aspecto temporal y humano, marcado por la fragilidad, sino como Cristo la ha querido, esto es ‘comunión de los Santos'».
