Cultura Galicia

En el nombre del PP, del hijo y del espíritu santo

El Obispado lo había suspendido por ir en las listas del PSOE al Concello de A Gudiña y el sacerdote Antonío Fernández Blanco ha decidido renunciar a su acta de concejal y no a su alzacuellos. El obispo le había avisado: no volvería a decir misa hasta que demostrase fehacientemente, la renuncia a cualquier cargo, compromiso o actividad política y “estar en actitud de actuar en comunión con la Iglesia Católica”.

Claro que esa ‘comunión’ es perfectamente posible si en lugar de ser concejal socialista cualquier cura lo es del PP, la prueba de ello es el padre Julio Rodriguez, que pudo seguir con su ministerio pastoral al tiempo que ejercía de edil en de Castrelo do Val. Y no 15 días como don Antonio. Entre 1991 y 1995 el padre Julio no sólo fue concelleiro popular sino, además, portavoz de su grupo y candidato a la Alcaldía, eso sí, hasta 1999 se conformó con ser un concejal raso…y en ningún momento el señor obispo le impidió seguir dando la comunión o pedir el voto para su partido desde el púlpito.

Puede que este precedente pese en la decisión, que estudia el PSOE, de recurrir, “si hace falta“, al Tribunal Constitucional, para, aseguran, dejar claro que “ni la Iglesia Católica ni ninguna otra creencia religiosa puede privar a sus miembros de los derechos más elementales”.


 

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