Tenían 280 en colección, pero les faltaba uno, el más importante. Y ya lo han conseguido. El Museo Falológico de Húsavik, en Islandia, ya tiene entre sus vitrinas un pene humano. Y no, no es nuestro. Al menos después de la última revisión entre los miembros de esta redacción. Un hombre fallecido hace unos meses ha donado su falo a este curioso museo, dirigido y fundado por Sigurdur Hjartarson en Reikiavik y que en 2004 se trasladó a la localidad de Húsavik.

La mayoría de las piezas proceden de mamíferos marinos y terrestres de Islandia, además de otros procedentes de distintas partes del mundo: 55 especies distintas de 17 tipos de ballenas, una de oso polar, 36 de focas y morsas y 115 de 20 tipos distintos de mamíferos terrestres… En total, 273 ejemplares de 92 especies diferentes de animales, a los que se suman otras 300 rarezas artísticas y utensilios prácticos relacionados con el tema.

Una historia curiosa

La falología es una ciencia antigua que ahora se contempla casi siempre como un apéndice de otros campos como la historia, la psicología o la literatura. Sin embargo, el director del museo, ex profesor de Historia, empezó a interesarse por los penes hace 30 años, cuando en 1974 se hizo con su primera pieza, un pene de toro. Y poco a poco se fue haciendo con una colección visitada por miles de personas: sólo en verano de 2009 más de 11.000 personas pasaron por las instalaciones.

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