A.ALBALADEJO/ Esa fue la petición que hicieron los miembros del Consejo Nacional Libio, directamente, al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y a la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton durante la reunión de ministros de Exteriores del G-8 en París. En concreto, exigieron una zona de exclusión aérea, que evitase los ataques contra sus tanques y plataformas lanzamisiles y una “acción directa” contra el recinto presidencial donde, según los servicios de espionaje, se refugia el dictador libio y parte de su familia. El delegado de los rebeldes, Mustafá Gheriani, no se ha molestado en negar la noticia y a la pregunta de si esta ‘acción directa’ significaba que se había pedido a las potencias occidentales que asesinasen a Gadafi contesto “por qué no? Si muere nadie llorará por él”.

Al mismo tiempo que se conoce esta noticia, se ha sabido que las fuerzas aéreas leales al dictador están atacando la ciudad de Ajdabiya, en el este, un enclave estratégico en el que los opositores basaban su ofensiva sobre Trípoli, ofensiva que podría quedar cortada si, como adelantan varios medios de comunicación árabes, se confirma que las fuerzas gubernamentales están bombardeando con profusión la capital de los insurrectos, Benghazi, algo que obligaría al repliegue de los rebeldes y que se sumaría a los avances del coronel en otras localidades de importancia vital como Brega o Ras Lanuf.


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