Tiene 25 mirigramos de licopeno por cada 100 gramos, uno de los mayores niveles de concentración de esta sustancia entre los derivados del tomate. Por eso, según varios estudios, el ketchup ayuda en la prevención del riesgo cardiovascular, principal causa de muerte en todo el mundo: se calcula que en 2015 morirán cerca de 20 millones de personas por cardiopatías y accidentes vasculares cerebrales.
El consumo de tomate tiene un efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares por su efecto antioxidante. Sólo en los últimos 14 años se han publicado 14 ensayos clínicos que valoran la incidencia del consumo de productos ricos en licopeno, como uno de investigadores de la Universidad de Milán, que asegura que la ingesta de derivados del tomate es efectiva en la prevención de la aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
Varios científicos de la Universidad de Kobe, en Japón, han demostrado el efecto antitrombótico y trombolítico de distintas variedades del tomate o que disminuye los niveles de colesterol, según otro estudio de investigadores de la Universidad de Oulu, en Finlandia.
