Por su contribución a la libertad de expresión y la transparencia. Esos son los motivos que ha esgrimido el Parlamento noruego para proponer de forma oficial al portal Wikileaks para el Premio Nobel de la Paz 2011. Mientras Julian Assange se pelea con la burocracia y las instituciones penitenciarias, que lo quieren juzgar por un supuesto delito de acoso y violación en lo que sus defensores consideran una trampa para intentar acabar con las filtraciones del portal, Noruega quiere premiarlo por revelar la corrupción y la violación de derechos por parte de gobiernos y empresas, por revelar la “vigilancia ilegal, los crímenes de guerra y las torturas” en varios países.
Para el Parlamento noruego está claro el vínculo entre la derrota de Zine el Abidine Ben Ali, ya ex presidente de Túnez, y el trabajo de Wikileaks, que sacando a la luz el enriquecimiento personal del ex presidente contribuyó a hundir una dictadura que había durado 25 años. El premio está dotado con cerca de 1,1 millones de dólares, un buen aval para que Wikileaks pueda seguir trabajando tranquila en la búsqueda de los secretos más oscuros de los más poderosos.