Lo que comenzó como el secuestro de los 120 fieles y los dos curas que se encontraban en una iglesia católica en el centro de Bagdad ha terminado en tragedia. Tras un intento de negociación y horas de secuestro fuerzas de seguridad iraquíes y norteamericanas entraron en el edificio y se ha producido un tiroteo en el que han muerto 52 personas y otras 62 resultaron heridas. Entre los muertos, 45 rehenes y 7 policías.
Al Qaeda ya se ha adjudicado el atentado en la Iglesia Católica Siria Saiydat Al Najat, en la que los secuestradores dejaron ir a 19 monjas y que pedían la liberación de terroristas musulmanes presos en Irak y Egipto en menos de 48 horas. El atentado ha terminado para los insurgentes de forma distintas según las fuentes: mientras unas apuntan a la detención de 8 insurgentes, otras apuntan a la muerte de 7 de ellos.
Según los supervivientes, al ver entrar a los hombres uno de los curas se llevó a una parte de los feligreses a una sala trasera, mientras que otras 13 personas consiguieron escapar. Sin embargo, al descubrir a los escondidos en la parte de atrás uno de los asaltantes entró y tiró un explosivo.
El secuestro se produjo tras el ataque frustrado a la Bolsa de Valores de Bagdad, donde cuatro hombres armados habrían matado a dos guardias de seguridad y habrían detonado un coche-bomba que heriría a otras cuatro personas.