Esta es la información que se está haciendo llegar de manera discreta desde el Gobierno a diferentes partidos políticos. Dicha información indicaría que la banda asesina se mostraría favorable, tal y como se ha pedido desde la disuelta Herri Batasuna y desde las cárceles por docenas de presos de la organización, a declarar la tregua verificable que pedían los mediadores internacionales y, al mismo tiempo, ratificar un cese de la actividad armada unilateral y permanentemente.
A ese primer paso seguiría, casi inmediatamente, un segundo: el anuncio de un desarme progresivo que acabaría con la renuncia definitiva a la lucha armada y el inicio de la defensa de sus reivindicaciones desde la actividad política. En este caso deberían cesar las amenazas y extorsiones a empresarios vascos, deberían señalarse los lugares en los que se guarda el armamento y explosivos y desactivarse la actividad de los ‘reclutadores’ de la banda y las acciones de Kale Borroka en el País Vasco y Navarra.
