Han tardado casi 48 horas en decidir, dos mañana y dos tardes de deliberaciones tras cinco días de juicio, de un segundo juicio. Una larga espera que ahora llega al final: Jacobo Piñeiro ha sido declarado culpable de los asesinatos de Isaac Pérez Triviño y Julio Anderson Luciano y del posterior incendio en su domicilio de la calle Oporto hace ya cuatro años.
Serio, “frío” e inexpresivo escuchó Piñeiro el nuevo veredicto, al que se ha llegado por unanimidad. El jurado popular rechaza las eximentes de legítima defensa, miedo insuperable a ser violado y estar bajo los efectos de cocaína y alcohol, haciendo en parte caso a los médicos forenses, que determinaron que en el momento del crimen hacía horas que los posibles efectos de esta hipotética combinación tendrían que haber desaparecido.
La madre de Isaac Pérez Triviño, Marta, que ha vivido de forma muy intensa este segundo paso por los juzgados ha asegurado que está muy nerviosa, cansada “pero contenta porque se ha hecho justicia”. No ha descansado hasta que se ha celebrado este segundo juicio después de que Piñeiro diera 57 puñaladas a las víctimas del crimen de la calle Oporto, se duchara y cambiara de ropa, robara todo lo que había en la casa, prendiera 5 focos de fuego y abriera la espita del gas y saliera por la puerta como si nada.
En la calle desde julio al cumplirse el plazo máximo de prisión provisional establecido a la espera de la celebración de juicio, Piñeiro tendrá que ingresar de nuevo en A Lama cuando salga la sentencia. Mientras, podrá dormir en su casa. Podría enfrentarse a unos 60 años de cárcel por dos delitos de asesinato y uno de incendios, además de otros 18 meses por hurto, ya que dejó la casa “vacía, se lo llevó todo”.
