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Lo hizo, pero en defensa propia

La madre de Isaac Pérez Triviño, a las puertas del juzgado.
La madre de Isaac Pérez Triviño, a las puertas del juzgado.

Nuevo juicio, nuevo jurado, pero los mismos argumentos. El crimen de la calle Oporto regresó hoy a las salas de los juzgados con Jacobo Piñeiro sentado en el banquillo por la muerte de Isaac Pérez Triviño y Julio Anderson Luciano hace ya cuatro años de 57 puñaladas, robarles y provocar un incendio antes de irse. Y el acusado sigue esgrimiendo la misma confesión: él lo hizo, pero en legítima defensa por un miedo atroz a ser violado por las víctimas.

En una declaración llena de contradicciones, Piñeiro negó que había subido al piso de las víctimas para mantener un encuentro sexual, sino que iba a una fiesta, aunque allí no había nadie. Escudado en que había tomado drogas y alcohol antes del suceso, el acusado no consiguió aclarar cuántas puñaladas asestó a las víctimas, por qué los ató, les volvió a apuñalar cuando ya estaban indefensos y agonizantes o por qué prendió fuego al piso.

El Fiscal, mientras, ha intentado desmoronar la defensa que en primera instancia le valió una condena tan sólo por incendio y que después el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia anuló. Y para ello se ha tenido que formar un nuevo jurado que debe dilucidar la culpabilidad o inocencia de Piñeiro. No es una decisión fácil: piden para él 60 años de cárcel y una indemnización de 200.000 euros, a lo que podrían sumarse otros 18 meses por hurto.

La madre de Isaac Pérez esperaba esta mañana a primera hora en la puerta del juzgado la entrada de Jacobo Piñeiro, en libertad el pasado mes de junio al cumplirse los cuatro años de prisión provisional contemplados por ley sin que se celebre juicio. Sin embargo, el acusado entró a las 07:30 horas de la mañana, dos horas antes del comienzo del juicio, para evitar encontrarse con los familiares y los numerosos medios de comunicación que lo esperaban a las puertas del juzgado.

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