Nada menos que 507 quilates. Es lo que pesa un gran diamante blando descubierto hace apenas unos días en Sudáfrica, en la histórica mina de Cullinan. Según informa Petra Diamonds, los primeros estudios han dejado boquiabiertos a sus descubridores: se trata de una piedra con un color y una claridad excepcionales que podrían situarlo como un diamante de tipo I, es decir, con una gran cantidad de nitrógeno.

Ahora habrá que ver si pertenece al tipo a o al b, ya que en este segundo grupo sólo se pueden clasificar a apenas el 0,1 por ciento de los diamantes, con un color que varía entre el amarillo oscuro y el naranja. Desde su formación, la mayoría de los diamantes permanecen en la parte superior del manto terrestre durante millones de años en un ambiente sometido a altas presiones y temperaturas.

Y la piedra también ha conseguido el récord de precio en el mercado, ya que fue vendido por la friolera de 35,3 millones de dólares a una joyería privada de Hong Kong, Chow Tai Food Jewlery Co.

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