Han muerto 11 trabajadores, se ha producido la mayor catástrofe ambiental en Estados Unidos y ha dejado para la historia declaraciones por las que el mismísimo Barak Obama lo obligaría a dimitir. Sin embargo, el consejero delegado de BP, Tony Hayward, ha tardado tres meses en hacerlo y podría hacerlo con más de 13 millones de euros en el bolsillo.
Con el fuel aún colándose por la campana colocada por British Petroleum, Hayward ha negociado una salida de la empresa que le daría un finiquito equivalente a su sueldo anual (1,1 millones de euros) y un fondo de pensiones valorado en más de 12 millones de euros del que podrá cobrar unos 665.000 anuales a partir de los 60 años.
Según recoge el periódico británico ‘The Times’, el directivo estará en el cargo hasta que el relevo le llegue en septiembre de mano del encargado de las operaciones de limpieza de BP en el Golfo de México, Bob Dubley.
El directivo, de 53 años, fue muy criticado por algunas de sus declaraciones tras el siniestro en el que perdieron la vida 11 trabajadores tras la explosión, como que quería resolver la crisis para poder recuperar su nivel de vida normal.
