No ha podido ser repatriado junto a su esposa, ya que no está entre las 24 víctimas que han sido identificadas hasta el momento. Los restos del presidente polaco Lech Kaczynski han sido recibidos hoy en Varsovia, su ciudad natal, por su hermano gemelo y primer ministro del país y miles de personas que llenaron las calles a la espera del cortejo fúnebre.
Polonia ha decretado una semana de luto tras el accidente ayer del avión en el que han muerto 96 personas, entre ellos la cúpula militar del país. Nada más aterrizar en el aeropuerto militar, el hermano y la hija del fallecido presidente fueron los primeros en arrodillarse ante el féretro, cubierto con la bandera polaca y escoltado por cuatro oficiales. La madre aún no ha sido informada de su muerte, ya que su estado de salud es muy delicado.
En total 10 kilómetros en los que miles de polacos aprovecharon para rendir el último homenaje a su presidente desde 2005. Hasta que se celebre el funeral de Estado sólo la familia podrá acceder a la capilla ardiente. Mientras, el palacio presidencial, en el centro histórico de Varsovia, se ha convertido en un santuario repleto de flores, velas y fotos de los fallecidos.
Ahora toca recomponer un estado totalmente descabezado, ya que además de la presidencia del gobierno, para la que se convocarán elecciones urgentes antes de dos meses, también se ha perdido al presidente del Banco Nacional y la cúpula del Estado Mayor del Ejército. Mientras, Bronislaw Komorowski ejerce de presidente en funciones.
Por orden del presidente
Rusia se encargará de la investigación del accidente y, por el momento, aseguran que el análisis de las cajas negras apuntan a que no existió ningún fallo técnico del aparato. Algunas fuentes apuntan a que fue el propio presidente el que ordenó el aterrizaje a pesar de la espesa niebla para evitar un retraso, como ya había ocurrido en ocasiones anteriores.
