Bajo unja tela gris y en un almacén. Así ha acabado la estatua ecuestre de Franco que, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, ha sido retirada de la vista de los vecinos de Ferrol. El mamotreto del dictador, que presidió la entrada de la ciudad desde 1967 y que había sido retirado en 2002 de la Praza de España, seguía depositado en el Patio de Herrerías hasta hoy a las 4 de la tarde en que se ha metido en una jaula, ironías del destino, construida por la Armada para hacer el traslado.
La efigie fue izada con arneses violeta, amarillos y rojos, otra ironía más, para meterla en la jaula, una operación que, a diferencia del anterior traslado, se realizó sin público y con la sola presencia de los medos de comunicación. La estatua, después de casi medio siglo, abandonó suelo militar para acabar con otros bártulos igual de ‘útiles’ en el almacén del Servicio de Repuestos de la Armada.