Estuvieron encerrados en las instalaciones de la fábrica durante días, se concentraron a las puertas del juzgado, se cerraron en Anfaco e incluso salieron a la calle en varias ocasiones para protestar, pero no ven salida. Por este motivo, los 130 trabajadores de Alfageme han decidido en asamblea recindir sus contratos ante la falta de actividad productiva, corroborada por un acta de Inspección de Trabajo a finales de enero. Antes de hacer la demanda formal a finales de esta semana o principios de la próxima, pedirán de nuevo a la Xunta que emita un nuevo informe.
Los empleados responden de esta forma a la presión a la que les está sometiendo el grupo de la familia Lago para que acepten el expediente de regulación de empleo propuesto a pesar del aval de Caixanova y de la recalificación de los terrenos por parte del Concello de Vigo. Y, mientras, se buscan socios inversores que reconduzcan la situación de la empresa, renueve los órganos directivos y garantice la estabilidad laboral de sus trabajadores. En unos 15 días podría aparecer nuevo capital, aunque mientras el tema será tratado mañana en el Parlamento gallego a petición del BNG.
