Un halcón. Es indiferente si es maltés, Milenario o Peregrino. Eso necesita el Concello de Caldas para ahuyentar a los pájaros que anidan en la Plaza de las Palmeras y que no dejan dormir a los vecinos. Los estorninos no sólo no cesan en su piar, sino que han proliferado de tal manera que todas las aceras y el pavimento están cuajadas de excrementos, por lo que la única solución es hacer que dejen el municipio.Sin embargo hacerse con un halcón no es tarea fácil. La mayoría de los que hay son aves de caza y están muy solicitados, los restantes trabajan para disuadir a las bandadas de pájaros que sobrevuelen el espacio aéreo de los aeropuertos, como es el caso de Peinador, donde Luis Larrán y Gustavo Montenegro tienen adiestrados a cuatro de estos rapaces que mantienen las pistas limpias de palomas y gaviotas garantizando la seguridad en el despegue y aterrizaje de los aviones.
