'Qué te cuentas?'

Un concelleiro de Cambre ofrece un campo al Celta y desea que siga siendo muchos años “el segundo club de Galicia”

Se llama Brais Cubeiro y parece que quería haber sido showman, pero ha acabado de concelleiro de Deportes en Cambre. Es él quien firma un comunicado, que quiere ser ‘retranqueiro’, del propio Concello en el que se lanza el tío a ironizar sobre  la ‘marcha’ del Celta de Vigo. Brais, que debe estar aburrido tras haber resuelto todos los temas de su concejalía y de tener a los deportistas de Cambre mejor equipados y con mejor marca que Ussain Bolt, ofrece al presidente del Celta, Carlos Mouriño, un campo para el equipo.

“El Concello de Cambre, a través de la Concellería de Deporte, ofrece públicamente al Real Club Celta de Vigo el conocido como campo de la Balastreira, en la parroquia de Cecebre”, escribe este concejal del Bloque Nacionalista Galego, municipio en el que su partido-que tiene dos representantes- gobierna en coalición con el PSOE y con Unión por Cambre.

Brais explica que “el Concello de Cambre, y especialmente la parroquia de Cecebre, ofrece unas condiciones óptimas para acoger al conjunto olívico; el campo limita en uno de sus fondos con la vía del tren y a 15 metros del terreno de juego está situado el apeadero de Cecebre, el cual facilitaría sobremanera el transporte al público vigués”.

Este Brais, que tiene mucha chispa el condenao, añade que, “a mayores, en las inmediaciones del campo está situada una entrada y salida de la Autopista AP9 con lo que el camino desde Vigo no tiene pérdida“. A continuación expone: “La estupenda oferta gastronómica de los locales de restauración de los alrededores de la Balastreira serían otro atractivo más para la afición celeste”.

El concelleiro, que desconocemos si cobra una dedicación exclusiva por su labor municipal o si compagina esta con algún otro oficio, como comediante…no, comediante no, pobre, sigue: “Pero si todo esto no fuese suficiente, la ausencia de gradas posibilitaría que no fuese necesario llenar de lonas publicitarias los límites del rectángulo de juego para disimular la falta de aficionados celtistas”. Y remata esta primera parte de su actuación con un chiste de la altura de aquel de ‘¿lo cogiste? Pues suéltalo que da calambre’, diciendo “en las inmediaciones del campo de la Balastreira existe un pequeño galpón de dos metros cuadrados donde habría espacio de sobra para acoger las vitrinas del Celtiña”.

Brais reconoce que en el Concello son “conscientes de que el campo no acaba de cumplir todas las medidas necesarias, en cuanto a dimensiones, por ejemplo”, de ahí que se delante y exponga otra posibilidad: “en la propia parroquia de Cecebre hay un campo de hierba natural con las medidas oficiales, vestuarios equipados, zona de aparcamiento y un sinfín de comodidades pero se considera poco adecuado para que juegue el Celta ya que su nombre es Campo de Fútbol de Lendoiro en atención al lugar en que se ubica”.

Este Quevedo de Cambre, agrega en el penúltimo párrafo“el Concello de Cambre se hace un llamamiento a la rivalidad sana, pero rivalidad al fin y al cabo, entre las dos grandes aficiones futbolísticas gallegas” y, concluye, volviendo a avivar la duda de si  compaginará la concellería con otra ocupación, como la de mascota del Depor, “aunque el Celta finalmente no se decida por trasladarse para jugar como local en la Balastreira, siempre será muy bien acogido si tiene a bien venir a Cambre, desde donde se desea, ya sin retranca, que solucionen sus problemas de la mejor forma posible, para que el Celta de Vigo siga siendo, por muchos años, el segundo club de Galicia”.

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