Este domingo, el mismo día que se cumplían 17 años de la primera victoria electoral de Hugo Chávez, su partido, el Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha perdido su poder en la Asamblea Nacional. Los resultados oficiales, escrutado más del 94% de los votos dan una contundente victoria a la oposición, organizada en torno a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, que se ha hecho-de acuerdo con estos datos que nos son definitivos- con 99 diputados frente a los 46 del partido en el poder.
La derrota del presidente Maduro, sucesor de Chávez, es aún más contundente considerando que había planteado estas Elecciones Legislativas como un plebiscito y, más aún, teniendo en cuenta que quedan por adjudicar aún 22 escaños. Con 100, la oposición tendría una mayoría de tres quintas partes del legislativo, lo cual, de acuerdo con la constitución bolivariana, le permite aprobar una amnistía para los presos políticos encarcelados o censurar a cualquier miembro del Gobierno, a excepción de su presidente.
Nicolás Maduro, al que le quedan aún 4 años de mandato, ha reconocido la derrota, cuya clave ha estado en la galopante crisis económica, con una inflación desatada y un desabastecimiento generalizado en todo el país, y la inseguridad, que ha hecho que en lo que va de su mandato se haya casi duplicado el número de homicidios, cuadriplicado el de asaltos y multiplicado varias veces el de robos.
Maduro ha culpado de su derrota a la ‘guerra económica’ y aunque ha moderado el discurso que mantuvo en la campaña, cuando afirmó que si perdía el chavismo sus partidarios iban a echarse a la calle “y eso va a ser candela con burundanga”, ha enfatizado que “ha triunfado una contrarrevolución”.
