A la patronal no le llega con la reforma laboral. Después de pedir el despido libre, que se recorten las cotizaciones sociales, que se limite el derecho a la huelga, de que se reduzcan o supriman las prestaciones por desempleo o de tener la capacidad de despedir con la sola sospecha de que tal vez, quizá, una empresa podría dar pérdidas, ahora hace nuevas ‘propuestas’ aún más restrictivas para los trabajadores.
La CEOE quiere un contrato temporal sin causa, con una duración máxima de dos años, contratos formativos más flexibles con salarios por debajo del convenio y que aumente el componente variable de los salarios, como figura en un informa que presentará al Gobierno.
Esta entidad-presidida por una persona que cree que 1 millón de amas de casa se han dado de alta en el INEM para cobrar, que los parados encuentran, milagrosamente, trabajo tras agotar la prestación o que ha echado la culpa de la crisis a las familias– demanda al Gobierno simplificar las distintas modalidades de contrato e impulsar aquellas más flexibles, como “potenciar abiertamente el contrato a tiempo parcial”, como un contrato ordinario, pero con una jornada inferior a la habitual.
Demanda que estos contratos puedan encadenarse durante más de 24 meses y refundir el contrato de obra con el eventual, “como un contrato temporal” sin causa alguna, con una duración máxima de dos años en un periodo de referencia de 30 meses, sin afectar a modalidades establecidas como el propio contrato fijo de obra.
Además, CEOE traslada al Gobierno la necesidad de establecer “estructuras salariales que tengan complementos variables, haciendo depender determinado porcentaje del salario de la situación y resultado de las empresas y sustituyendo conceptos retributivos obsoletos o improductivos por otros vinculados a la productividad de la empresa”.
