“La vía judicial se acaba aquí”. De esta manera comunicó el presidente de la Asociación Viguesa para la Memoria Histórica del 36 -cuyo padre fue asesinado por la dictadura de Franco-la decisión de no recurrir la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que anulaba una anterior de un juzgado de Vigo que ordenaba al Concello que tirase la Cruz de O Castro, inaugurada por Franco, como exaltación del fascismo.
“Es un día triste para la democracia, para los represaliados, los encarcelados, los fusilados , los exiliados y quienes lucharon contra la dictadura, y es un día de alegría para los franquistas, los asesinos y los fascistas”, afirmaron los miembros de la asociación quienes reconocieron que la sentencia ha sido “desoladora”, por el hecho de que deniega el derribo de la cruz que simboliza el triunfo de la represión y el fascismo, sino por su propio contenido.
“Este, al contrario del que dictó el Juzgado de Vigo, es de una gran pobreza argumental”, puesto que no justifica la decisión contraria a la primera sentencia y, además, incluye un voto particular de la magistrada Cristina María Paz quien, además de señalar que la sentencia del Juzgado Contenciosa Administrativo de Vigo, que ordenaba derribar la cruz era “clara, precisa, congruente y, en especial, motivada”, indica que está de acuerdo con que se trata de “un conjunto monumental promovido, proyectado y utilizado con la finalidad de exaltación de la sublevación militar y de la dictadura, en el que predomina el elemento principal que define su naturaleza y significado-la cruz-“.
Asimismo, los integrantes de la asociación rechazaron, rotundamente, los argumentos del alcalde de que se trata de una cruz que no es contraria a nadie, “esa afirmación es, simplemente, contraria a los derechos humanos y, por lo que se refiere a su sentido religioso no hay que olvidar que quienes fueron asesinados por la dictadura lo fueron con la connivencia de la Iglesia”.
