El individuo que ocupa la Presidencia de la Confederación de Empresarios (CEOE), que suele destacar por las estupideces que dice más que por su contribución al bien común, añadió este martes una más a las ya conocidas. Lo hizo en una intervención en unas charlas de la Fundación FAES, al frente de la cual está el ex presidente Aznar donde mostró su disgusto por las diferencias “gravísimas” que arrojan las dos maneras de medir el paro en España: el registro del servicio público de empleo y la Encuesta de Población Activa (EPA), con una brecha de cerca de un millón de desempleados entre una y otra, algo que “no le parece del todo serio”.
“Cuando hablamos de parados no hablamos de lo mismo. Aunque tenemos Eurostat, cada país hace sus estadísticas, con las reglas que hay, pero adaptándolas mucho a sus circunstancias”, comentó Juan Rosell, para quien la EPA no debería de incluir a los prejubilados, alrededor de medio millón, un colectivo que no se cuenta como parados en otros países, afirmó, olvidando mencionar que en otros muchos sí es así.
Por supuesto, para Rosell, lo mejor no es enfrentarse a la realidad y medir el número de parados como lo hacía el antiguo INEM: contando a quienes se anotan en las oficinas de empleo- aunque estas no consigan encontrar un trabajo ni al 1% de quienes están en ellas.
Claro que ello tampoco es suficiente para esta ‘lumbrera’ y para reducir el paro, mejor que crear empleo, es quitar personas de las oficinas de empleo entre ellas “al millón de amas y amos de casa que se han apuntado en los últimos tiempos a las listas del paro en España para ver si pueden cobrar algún tipo de subsidio”.
De manera que este ‘empresario’ defiende que no se haga caso a la Unión Europea- salvo para subir los impuestos, reducir las cotizaciones sociales, aumentar la edad de jubilación, crear contratos basura, eliminar el derecho a la prestación por desempleo, recortar las pensiones, aprobar el despido libre o acabar con la sanidad y la educación públicas- y que se quiten parados borrando a 1,5 millones de las listas de desempleados, que es mucho más fácil que crear puestos de trabajo algo para lo cual este sujeto, como ha demostrado, no está tan capacitado como para hacer el ridículo.
