No entiendo –alguien que me lo explique- ese interés de los que estuvieron en las ‘Marchas de la Dignidad’ por salir en el periódico de Marhuenda. De paso, me llama la atención la sorpresa, tan comentada, por la portada de ese periódico. ¿Alguien esperaba que abriese con una foto aérea de centenares de miles de personas caminando tranquilamente por el centro de Madrid?
¿Qué es tan atractivo de ‘La Razón’ entre quienes estaban de acuerdo entre el 22M para desear salir en él? Si yo tuviese tal capacidad de llamamiento como para convencer a miles de personas para que echen a andar desde Corcubión, San Lucar de Barrameda o El Vendrell hasta el kilómetro cero, ni de coña querría aparecer en ese diario.
Eso de ‘retuitear’ su portada ha servido a la intención de Marhuenda – que me parece un mal periodista pero que no me parece tonto- de lograr protagonismo en un impresionante día de expresión popular, cuando ni estaba de acuerdo con las reivindicaciones, ni jamás habría reconocido el éxito de la manifestación, ni tenía intención alguna de subrayar otra cosa que no fuese el más mínimo altercado –algo que facilitaron el grupo de mamarrachos, que no veían el momento de que acabase la concentración tranquila para joder lo conseguido quienes se patearon cientos de kilómetros, y un exagerado, nada discreto- y reiteradamente proclamado- despliegue de agentes antidisturbios.
Así es, Marhuenda ha complido con su labor: aprovecharse de los días y kilómetros de caminata, de quienes sí creían en lo que gritaban, y de un espléndido ejemplo de lo que es ejercer el derecho a manifestarse, para ampliar la difusión de un periódico que, como él sabe, no puede sobrevivir solo con sus lectores habituales -además de por cuestiones biológicas-porque no son más que quienes lo buscan y lo compran para ver impreso aquello de lo que están convencidos. Y,’tuit’ a ‘tuit’ le habéis hecho el trabajo.
