Es exactamente lo que su nombre indica y se trata de una práctica ‘importada’ de Estados Unidos que consiste en impregnar un tampón de esa bebida alcohólica – u otra, como whisky – e introducírselo por la vagina o por vía anal, en el caso de los hombres.
Los médicos han advertido de que es algo extremadamente peligroso, como han podido comprobar en varios casos, los últimos documentados por nuestra compañera de ‘El Comercio’, Laura Fonseca, quien informa de varios ingresos hospitalarios, el último de una chica de 14 años, en Gijón, y sobre los cuales han alertado varios especialistas en un artículo enviado a la revista ‘Anales de Pediatría’
En Galicia, según ha podido saber vigoalminuto, se han atendido dos casos similares, hace unos días en un centro médico de Lugo. En ambas situaciones las afectadas son menores de 20 años y fueron tratadas de episodios de alcoholemia severa. Los médicos con los que ha hablado esta redacción indican que esta moda puede causar, “muy fácilmente”, un coma etílico, puesto que el alcohol no es depurado por el hígado sino que “entra directamente en el torrente sanguíneo ya que el cuerpo no lo metaboliza, por decirlo para que se entienda, no pasa por la función de filtro que hace el hígado”.
A ello se añade los daños que puede causar en la vagina, “dependiendo de la cantidad de alcohol o de su graduación, produce lesiones que son muy difíciles de tratar, puesto que se trata de una zona, además de particularmente sensible, muy vascularizada, a lo que hay que sumar la afección de la mucosa que puede llegar a destruirse…es una auténtica barbaridad” y el riesgo de otro tipo de afecciones es altísimo, desde infecciones a una posibilidad real de muerte, dependiendo de la persona, de las circunstancias o de la dosis de alcohol que se introduzca en el cuerpo.
