Destacados Nacional

La ‘X’ de la Iglesia apenas sirve para financiar con un 4% a entidades sociales

No es verdad. La campaña de la Iglesia para animar a los contribuyentes a que pongan la ‘X’ en su casilla asegurando que todo ese dinero se destina a centros eclesiásticos como hospitales, colegios, residencias de ancianos o Cáritas es, cuanto menos ‘inexacta’.

Así lo dicen los datos oficiales. En el caso de Cáritas, de sus más de 65.000 voluntarios, apenas 4.700 son contratados, el resto son voluntarios. De todos ellos casi el 80% son laicos y únicamente un 4,3% son sacerdotes, el resto sí son religiosos, pero no están ordenados.

Con respecto a su financiación, a la vista de la legislación y de las propias cifras oficiales hay que aclarar que marcar la ‘X’ en la casilla de la Iglesias resta dinero a entidades ‘religiosas’ que sí hacen una labor social con personas que realmente lo necesitan. El caso de Cáritas es el más claro: como una Organización no Gubernamental (ONG), Cáritas recibe más dinero siempre y cuando se cubra la ‘X’ de la declaración destinada a Fines Sociales.

Exactamente, de los más de 216 millones que gestiona anualmente, el 35,6% proceden de aportaciones de particulares, el 8,52% de la administración local, el 18,8% de las comunidades autónomas, el 3,5% del Estado, el 5,1% del IRPF, el 2,8% de la Unión Europea, el 3,69% de entidades financieras, el 1,19% de empresas privadas y el 7.16% de fondos propios. La aportación directa de la Iglesia es, exactamente un 0,15% del Fondo Interdiocesano y el 0,76% de Organismos Diocesanos, lo que supone, el 0,91% o, en dinero, 1.989.000 €.

Estas cuentas son aplicables a otras entidades que tenemos más cercanas, como los Hermanos Misionesros de los Enfermos Pobres o el Comedor de la Esperanza.

Por lo que se refiere a organismos dependientes de la Iglesia, en total son 4.992, los conocidos como centros sociales y de caridad, que en un porcentaje del 32,1% son mantenidos con aportaciones particulares, casi un 51% por las diferentes administraciones públicas y en un 3,61% por la propia Iglesia.

Los 84 hospitales adscritos a la Iglesia Católica que hay en nuestro país, el 91,2% de su presupuesto procede de fondos públicos; en el caso de los 69 ambulatorios y dispensarios ese porcentaje es del 73,9%, de los 900 hogares y centros de ancianos, la Administración aporta el 67,3% de sus recursos y esta cantidad es del 79,6% cuando se trata de los 5.141 colegios católicos que hay en España. Estas cantidades son ingresadas directamente por los ayuntamientos, comunidades autónomas o el Estado; las aportaciones de la Iglesia a los mismos no superan, en ninguno de los casos el 4% y en varios no llegan al 2%.

De todo ello obtienen dos conclusiones y surge una pregunta. Las conclusiones son que  cuando se marca la ‘X’ en la casilla de la Iglesia, apenas un 4% del total de lo que se destina, por Renta – no directamente del Estado, cantidades que revierten  en la conservación de templos, casas parroquiales, compra de inmuebles, o inversiones tan dispares como fondos de inversión o acciones en bolsa –va, de verdad, a entidades que realizan una labor social.

La segunda conclusión es que es radicalmente falso que la Iglesia Católica ‘ahorre’ al Estado miles de millones en atención social. En absoluto, quienes realizan esa labor son, en una apabullante mayoría, voluntarios y, encima, laicos.

La pregunta es ¿a qué destina, entonces, ese dinero la Iglesia? Pues, de acuerdo con sus propios datos, el 61,2% de lo que recibe vía IRPF es para el pago de los sueldos y remuneraciones de los más de 20.000 sacerdotes y 18.900 religiosos y religiosas y, salvo contadísimas excepciones, no se destina más del 2,7% a la financiación de entidades sociales que, en un porcentaje que oscina entre el 34 y el 91% son mantenidas, en su totalidad, con dinero público, en muchos casos procedente del destinado a ‘otras entidades con fines sociales’…¿os suena? es la casilla que está al lado de la de la Iglesia en la declaración de la Renta, que no es posible publicitar con millones de euros, como la campaña de la ‘X’ pagada por la Conferencia Episcopal.

 

También te puede interesar