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La Despensa de Yolanda, la más visitada en Vigourmet

Su cocina es la mezcla entre lo tradicional, “aprendí viendo como lo hacían en casa mi abuela, mi madre, mi tía”, la curiosidad esa que no se cura, “no dejo de leer, de pedir, de mirar…hasta lo único que me regalan son libros de cocina”, y la innovación, “pruebo texturas nuevas, ingredientes nuevos, fórmulas nuevas, presentaciones diferentes, productos distintos”. Lo que resulta de todo ello…bueno, puedo dar una descripción, pero tendría poco que ver con lo que es probar sus trufas (voy a pedir que se consideren moneda de curso legal, como la libra esterlina o el dólar), galletas, brownies, madalenas, tartas, mermeladas…o su carne asada, salsas, entrantes, tartaletas, tortillas, brochetas, canapés…

Yolanda, que empezó cocinando para su familia y amigos, “cocinar es algo que me relaja”, decidió, hace cuatro años,  transformar una afición, que disfrutaban esas pocas personas, en una empresa, ‘La Despensa de Yolanda, que está en la casa en la que vive en Gondomar, dedicándose profesionalmente a la cocina.

Entonces, tenía dos ideas claras que siguen siendo la base de su trabajo: quería hacerlo a su manera, con sus propuestas, poniendo en las recetas todo lo que iba aprendiendo y lo que seguía experimentando, y usar únicamente productos naturales, “nada de conservantes, nada de aditivos …quería que lo que cocinaba supiese y supiese a lo que uso como base…, si hago una mermelada de naranja o de tomate, sabe a naranja o a tomate, no a algo extraño”.

Y ha funcionado. “Empecé con las mermeladas…con sabores de fresa, de mora y de melocotón…pero sin quedarme ahí, abriendo posibilidades a cosas nuevas, como mezclar frutas tropicales con chocolate…fue una época de alquimista hasta dar con el sabor exacto”…. después de probar decenas de frutas, de chocolates, de texturas…”viendo si, además del sabor eran adecuados para poder llegar a una elaboración final adecuada…los puntos de cocción, su combinación con otros ingredientes…bueno, es algo que no he dejado de hacer” (risas).

La prueba final de que ha sido así es que sus clientes no la abandonan, “se han acostumbrado al sabor de lo que hacemos, a que la comida sepa a lo que es su base…yo no uso conservantes ni colorantes…tampoco casi azúcar”, y una parte muy importante de los pedidos que tiene ‘La Despensa de Yolanda’ son de esas personas que ya solo quieren desayunar con su mermelada, que saben que van a quedar como marajás si le encargan una comida o que recurren, una y otra vez a ella para un catering, para hacer un regalo, como cestas, bandejas o jarrones con botellas de licor, botes de salsa, mermeladas, conservas, miel y rocas, hasta para que les enseñe en los talleres que imparte a mayores…y niños, como estos días en Vigourmet.

Sobre este salón, Yolanda, que tiene uno de los rincones más visitados, opina que es muy interesante…para nosotros es una manera de llegar al público…debe repetirse, mejorando lo que sea necesario…el primer año es, sobre todo, para tantear, para ver su aceptación, para abrir camino…pero hay que hacerlo…y repetir…siendo lo más original posible”.

 

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