Si los neoyorquinos quieren saber quién será el nuevo habitante de la Casa Blanca, esta noche electoral sólo tiene que mirar hacia arriba… al Empire State Building. La CNN anunciará iluminando el edificio, quien es el ganador: azul si el presidente Obama es reelegido y rojo si las elecciones se las lleva Mit Romney.
Millones de personas en al menos tres estados verán cómo este edificio, uno de los iconos del país desde que el presidente Hoover lo inauguró hace más de 80 años, escribe la historia en cielo neoyorkino.
Mientras se disponen las luces led que irán anticipando los resultados, los dos protagonistas del día han pasado la jornada de manera muy distinta. El presidente, que ya votó por anticipado en Chicago hace días, convirtiéndose en el primer mandatario que lo hace así, no ha celebrado ningún acto de campaña: sus colaboradores creen que los siete meses de carrera electoral y los más de 100 discursos los últimos días han sido suficientes. Además, Obama ha repetido, casi al minuto, lo que hizo antes de su victoria en las presidenciales de 2008, por eso ha pasado el día con su familia, ha realizado varias entrevistas telefónicas con cadenas de televisión de los estados clave, y ha jugado un partido de baloncesto con amigos y asesores, como hace 4 años. Además ha sacado tiempo para agradecer a los voluntarios de su campaña estos meses de trabajo, durante a una visita, vista y no vista, a su cuartel en Chicago.
Romney, por el contrario, no ha parado. El candidato republicano ha celebrado dos actos de campaña, de última hora, en Ohio y Pensilvania, después de votar, junto a Ann, su mujer, en Belmont, estado de Massachusetts, del que fue gobernador. Desde su campana se ha negado que estos actos signifiquen que Romney duda de sus opciones y por eso trata de arrancar votos hasta el último momento y han subrayado que otros candidatos ya celebraron algún acto en la jornada electoral en el pasado, incluido el propio Obama.
