No hace ruido, no contamina, no necesita mantenimiento y consume menos que un portátil…bastante menos. Lo hemos comprobado. Hace unos días los gerentes de ProEco en Vigo nos mandaron una mensaje a través de Facebook “¿cuándo vendréis a probar una de nuestras motos eléctricas?” No hizo falta más. Para quienes andamos en moto todo el día, probar otra, más que trabajo, era una diversión…y acabó siendo un descubrimiento.
Exteriormente estas motos no se diferencian de las más de 12.000 scooters que ruedan por Vigo, pero ahí se acaba el parecido. Las ‘Emilia’, ‘Enma’ o ‘Emil’, que así se llaman estos modelos, consumen apenas 10 céntimos de euro cada 70 kilómetros, pueden cargarse en un enchufe normal, como un móvil, no tienen otro mantenimiento, más allá del desgaste de ruedas o frenos, no vibran, no contaminan, no suenan, no pagan ITV ni impuesto de circulación y los gastos que ocasionan no suben de los 50 € al año.
Tienen un precio más que razonable, 2.900 €, incluido el IVA, una garantía de 2 años, una batería con una vida útil de 30.000 kilómetros y no pasan de los 45 por hora. Comprobado. Nos dimos una vuelta en ellas y, superada la sorpresa de que es imposible saber si has arrancado o no hasta que abres gas, la cosa fue como andar en la nuestra.
Coño, ¿habrá alguna desventaja?, preguntamos. Apenas: recargar la batería, “desde que se agota por completo”, puede tardar algo más de 5 horas, “pero es posible hacer recargas parciales”; ¿y si se estropea?, “ProEco tiene un taller de reparación propio en Vigo”; será que el seguro es más caro, “no, como el de un ciclomotor normal”, pues entonces que no puedes cargarla conde quieras, “tampoco, vale un enchufe cualquiera, incluso es posible instalarlo en el garaje, la ley contempla la posibilidad de poner uno en tu plaza”.
