Vigo al minuto

El presunto asesino de Cristina González, mantiene que fue ella quien intentó agredirle

Francisco Álvarez  ha ratificado en la declaración que prestó ante la juez de violencia de género de Vigo, cuando testificó el pasado día 14 de octubre. Según ha sabido esta redacción, en su comparecencia de este jueves, ante la magistrado que lo envió a prisión sin fianza hace más de un mes, Francisco mantuvo su versión de los hechos según la cual apuñaló en el pecho a su mujer, Cristina González Sacau, de la que estaba separado, durante una pelea y tras arrebatarle un cuchillo que ella blandió para obligarle a abandonar la casa familiar, en Coruxo.

Álvarez, que siguió admitiendo haber matado a Cristina, aseguró que en ningún momento tuvo intención de hacerlo y que no sabía qué pudo pasar para que ocurriese esta tragedia: se ha limitado a decir que los hechos ocurrieron en un “forcejeo involuntario”, pese a que el cuerpo de Cristina presentaba varias heridas punzantes en el cuello y “tres puñaladas”, una de ellas mortal. Sobre su presencia en la casa, Francisco, indicó que había entrado para avisar de que se habían dejado encendidas varias luces y de que estaba abierta la puerta trasera.

Esta versión no le parece fiable a la familia de la víctima dado que la misma no es compatible con varios cortes que Cristina presenta en el cuello, alguno muy profundo, y tampoco con los de las manos, lo que significaría que se defendió de la agresión.

Según los datos de la investigación, Francisco la habría tirado al suelo, la habría inmovilizado colocándose encima de ella, le habría tapado la boca para impedir que pidiese auxilio o que le mordiese, y le habría cortado varias veces en el cuello antes de asestarle tres puñaladas con un cuchillo de unos 18 centímetros de hoja que, en la última de la acometidas, entró en el cuerpo hasta el mismo mango afectando a órganos vitales y causándole la muerte.

Desconsideración con los periodistas

La comparecencia de Francisco Álvarez prevista, en principio para la 1 de la tarde, se produjo pasadas las 2 y media, aunque había periodistas ante la puerta del juzgado, desde las 9 y media de la mañana. Momentos antes de que llegase el detenido, agentes de la Policía Nacional, “por orden de la juez”, obligaron a los informadores a abandonar la cuarta planta del edificio de los juzgados, donde iba a prestar declaración, argumentando que se hacía para “garantizar la intimidad del acusado”. Dicha protección no se dio a otras personas que entraron al despacho de la magistrado quien, pese a conocer la presencia de medios en el lugar, no tuvo en consideración que estos llevasen esperando más de 5 horas, puesto que no les avisó en un primer momento de que se retirasen de allí, lo cual llevó a un fuerte cruce de palabras entre algunos de nuestros compañeros gráficos y los policías que custodiaban al procesado.

 

*RECUERDA: si eres víctima de malos tratos puedes llamar al 016. Está disponible las 24 horas del día y no aparece reflejado en la factura telefónica.


 

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