Un pupitre en Liberia

Honesty is always the best policy

ALEJANDRA BERNARDO/Monrovia (Liberia)

Springfield, Liberia 13 de septiembre de 2011

12:00am en  España ( en este teclado no tengo eses, mi ordenador también ha decidido parar por ahora de funcionar)

Aunque habría quien diga que no siempre lo es, la honestidad es la mejor política. “A lie is a very present help in time of trouble”, he oido por aquí. Yo, como me dijeron un día, sigo pensando que más vale una vez rojo que ciento amarillo. Que viene a ser lo mismo que decir que es siempre mejor usar la verdad. ‘Esta, en definitiva, tiene una misión  en el mundo y es evitar en parte, el malestar y la maldad.

Dios Mío! Todo lo que he hecho para llegar hasta aquí. Me pongo a pensar y me tumbo en este incómodo sofá después de expirar. Más bien después de suspirar. De suspirar por cansancio, por resignación y al final, también por anhelo.

Me obligo a pensar que al menos, todo cuanto me ha ocurrido ha servido para construir lo que soy. Para conocer mejor a esta friki del amor y del romanticismo. Sí! Tenías razón Javier. Esto es muy romántico, pero ojo! puede salir mal. Y esta vez salió mal.

Echo la vista atrás y creo que he aprendido m’as en este último mes que en los últimos 4 años, y en estos últimos 4 que en los últimos 10.

Me entregué a la “locura” de vivir con la covicción de que me brindaría experiencia, con la conocida falsa esperanza de que me ofrecería sólo cosas buenas y con la certeza de que no serían sólo buenas.

Llanto y dolor me han acompañado a lo largo del camino. Y en esta última etapa las alegrías y el disfrute han sido cortos. A ambos me he entregado con la misma pasión.

Conservo el anhelo.

Han querido apagar mi sufrimineto. Han querido achacar mi dolor. Se han ofrecido a estar a mi lado. Brindando las más bonitas de las palabras. Nunca olvidaré cosas como “you are my little flower”, Reconociendo en mí, las más poderosas de las cualidades que ni siquiera yo habría podido identificar en mi misma.

Y he dicho que no. No a la compañía que en definitiva con H o con B hubiera tenido que recompensar. Así es esta  pobre estúpida. No a la compañía que quiere aliviar un dolor ajeno aplacanto uno propio. Porque como dice Sádaba, el amor es la suma de dos (o más) autonomías y no de dos (o más)  soledades. Lo de o más lo añado yo.

Y he dado en definitiva un sí a una soledad que reconociéndola ahora querida, me ofrece la posibilidad de saber más de mi. De indagar. De conocer mejor a la única persona en el mundo que 100% sure me acompañará durante toda la vida. De saber quien es. Que quiere. de dónde viene y a dónde va.

Y un bonito secreto me ha devuelto ese poderoso sí. Se ha ido desvelando, contradictoriamente, de golpe y porrazo. Estoy viva, soy “grande” aunque sea pequeña, a smarty pants en frasco minúsculo. La luchadora Juana de Arco en versión gallega. La hija de mi madre. La nieta de mi abuela. La exploradora. La viva. La humilde. La honesta y sincera. Sí, esa a la que muchos han pisado a veces dejándose pisar. La terca. La que a pesar de los miedos va y la que a pesar de no triunfar vuelve para regrasar.

Enfadada. Herida. Enagañada. He decidido cerrar la puerta a aquellos que bajo el amparo del falso poder sobre otros se creen en el derecho de manejar las vidas ajenas. Oh no! No way!…Los demás las seguís teniedo abiertas, de par en par, para seguir de la mano, yo en mi soledad, vosotros en la condición en la que deseéis estar.

Oigo: “hello sweety”. Levanto la vista. Es a m’i?. Es Karen…… leer más

 

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