ALEJANDRA BERNARDO/Vigo Pontevedra España

14:00 pm …recuperando el disfrute de dormir hasta tarde, por algo es fiesta hoy, no?

San Roque. Todo el día. Como se dice en Galicia. Que morriñosos que somos los gallegos dentro y fuera de nuestra terriña.

Hoy son las fiestas de Celanova, el pueblo donde me crié. Hace mucho tiempo que no voy a esas fiestas. Años. Esta vez tampoco iré. Antes me aburrían. Hoy me apetecen. Quizás se deba a esta reciente regresión al pasado y a que me apetece sentirme como una niña. Pero hoy vuelve Mario a casa y esta es mi fiesta. Hoy seremos los dos, niños.

Tengo agujetas. Ayer no paré de mover cajas. Con libros. Con ropa…pero Dios bendito! No es posible tener tantas cosas. He hecho 4 mudanzas en los últimos 6 años. Voy por la quinta. Siempre me ha parecido obscena la cantidad de cajas que movemos de aquí para allá. Desde mi última mudanza alguna camiseta, algún juguete han pasado a engordar el inventario de esta humilde morada, poco más. Aún así, esta vez me parece un mundo todo lo que tenemos. Un mundo de recuerdos, de pasado, un mundo cuidado, no repetido. Un mundo demasiado copioso. Un mundo que aunque viva tanto como mi abuela (92, “nunca che pensei que fora vivir tanto”) no sería capaz de disfrutar con consciencia.

No conservo casi nada de lo que ya no sirve o no se utiliza. Guardo sólo lo que tiene utilidad y aquellas cosas a las que tengo especial cariño: un juego de café de mi abuela, unas ollas que me regaló mi madre y los dibujos de Mario. Bueno, y fotos. Todo lo que no tiene un fin concreto y no es para usar no lo conservo. A decir verdad, no lo compro.

Dicen que las mudanzas son el momento perfecto para hacer limpieza y tirar lo que no necesitas o ya no te sirve. A mi esta vez me parece pecado tirar.

Esta vez le encuentro una nueva utilidad al hecho de trasladarte. Ahí va….. leer más

También te puede interesar