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Todos los dedos apuntaban a Del Valle, aseguran los testigos

Dominante, extraño y causante de mucha inquietud entre los compañeros del instituto en el que estudiaba un grado medio de Gestión Administrativa. Así han perfilado los testigos que han pasado hoy por el juzgado a Santiago del Valle, acusado de la desaparición y asesinato de la niña Mari Luz Cortes en 2008.

Los compañeros no sólo conocían los antecedentes de pederastia que arrastraba el acusado, sino que Del Valle se vanagloriaba de ellos en algunas ocasiones asegurando por ejemplo que había estado “con una chiquilla” después de faltar varios días a clase o con actitudes impropias con algunas de sus compañeras.

Además, otra de las testigos ha recordado la entrada de la familia de Mari Luz en la “siniestra” casa de Santiago y su mujer tras la desaparición y ante la policía, en la que el acusado recibió a la familia diciendo “yo no me voy a comer este marrón” y a gritos contra los gitanos. Mientras, policías que participaron en la investigación aseguraron que la familia de Del Valle asumía su pederastia y que dijera cosas como “a mi con que anden me basta”.

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