Cultura

¡Cómo está el fornicio!

burdelSi es que ya no quedan putas como las de antes. Eso pensaron veinte hombres peruanos que sacaron de un burdel catres, colchones y otros objetos a la vía pública y les prendieron fuego en una calle céntrica de Ayacucho, 500 kilómetros al sudeste de Lima.

Los parroquianos dijeron que llegaban al local, que funcionaba sin nombre, en busca de diversión, pero que las prostitutas no les daban una buena atención y que eran víctimas de constantes robos. La situación llegó a su clímax, véase que bien traído, la pasada madrugada cuando varios de los clientes del puticlub constataron que les habían robado sus pertenencias, incluyendo los gayumbos, según relataron a la policía.

En un arrebato de ira, la lujuria ya estaba adormecida, los asistentes, tras culpar a las meretrices y a sus supuestos cómplices, destrozaron las habitaciones del local, el cual, como es habitual en este negocio, funcionaba clandestinamente sin autorización municipal. A los insatisfechos clientes se unieron algunos vecinos de la zona quienes aseguraron que estaban cansados de escándalos en una calle en la que proliferan barras americanas con fachada de discotecas.

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