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El mástil de oro donando por Santa Cristina tras el accidente del Río Órbigo, ha desaparecido del Concello

Imagen de las labores de reflotamiento del autobús que se precipito al Órbigo en 1979
Imagen de las labores de reflotamiento del autobús que se precipito al Órbigo en 1979

El 10 de abril de 1979, un autocar en el que viajaban unos alumnos del Colegio Vista Alegre se precipitaba al Río Órbigo, en la localidad zamorana de Santa Cristina de la Polvorosa, causando la muerte de 49 personas. 45 niños de entre 12 y 14 años, el conductor del autocar y tres profesores que acompañaban a los pequeños perdieron la vida en aquel accidente.

Como recuerdo de aquella tragedia y como muestra de cariño a las familias de quienes murieron aquella tarde, el Ayuntamiento de Santa Cristina de la Polvorosa regaló a Vigo el mástil de oro macizo que debía llevar el pendón de la ciudad y que era sacado todos los días 10 de abril en los actos que se celebraban para honrar a las víctimas. Los oficios se celebraron todos los años hasta 1989 y después, de acuerdo con los familiares quienes fallecieron, se acordó espaciarlos y hacer los actos de homenaje de cinco en cinco años.

En 1994, cuando se cumplían 15 años del accidente, se solicitó al Concello, donde se había depositado el mástil, que siempre estuvo aguantando la bandera de Vigo que presidía los Plenos, los parientes de los fallecidos pidieron a las autoridades municipales la vara para la celebración de los actos de recuerdo…sin embargo, el mástil había desaparecido. En el Ayuntamiento, que entonces dirigía Carlos Príncipe, nadie supo dar cuenta de dónde estaba mástil, una situación que se repitió cuando se cumplieron 20 años de la tragedia, en 1999, cuando el alcalde aún era Manuel Pérez (tiempo después le sustituiría Lois Pérez Castrillo), y al llegar los 30 años de la misma, con Abel Caballero al frente de la Corporación.

Los familiares de los vigueses fallecidos aquel 10 de abril de 1979 han solicitado al Concello que les diga dónde está el mástil, pero sin mucha suerte. Ni el responsable de Servicios Generales, ni el jefe de protocolo, la última persona con la que han hablado, tienen conocimiento de su paradero o constancia de que el mismo haya estado alguna vez en poder de la ciudad, pese a que tanto la entrega del mismo, como su salida las veces en que se exhibió con ocasión de las ceremonias de homenaje a las víctimas y su presencia en las sesiones plenarias de la Corporación está documentada por fotos publicadas en la prensa en numerosas ocasiones.

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