El Prestige se hundió porque fue objeto de reparaciones inadecuadas e insuficientes que no pudieron acabar con un estado de mantenimiento que, según el práctico del estrecho de Gran Belt (Dinamarca), “era deficiente”. El marino añadió en su testimonio que “el equipo que el buque tenía a bordo no estaba en condiciones de ir a la mar, y que cuando subí a bordo lo primero que pensé es que el barco tenía que ir a desguace después de la descarga”.
El causante final de su escoramiento, por tanto fue un fallo estructural, que un informe del Ministerio de Fomento divulgado hoy sitúa en la zona de los tanques. En concreto, la comisión permanente de investigación de siniestros marítimos indica en un informe de 161 páginas, en el que se aclara que no se buscan culpables, que el siniestro fue causado por la deformación de las planchas laterales de uno de los tanques que “pudo producir una abertura de gran tamaño e incluso su desprendimiento“.
Los expertos de dicha comisión, descartaron el impacto del buque con objetos flotantes, la acción directa del oleaje y una explosión en la zona de carga o en cualquier otra parte del petrolero. E inciden en que la zona que cedió sufrió “una fatiga térmica y mecánica que fue subsanada con una reparación parcial” hecha en Dubai seis meses antes de que se fuese a pique, “con planchas de inferior calidad y de menor espesor que el original que, además, fueron soldadas de manera manual”.
Asimismo, los expertos indican que el ‘Prestige‘, que estuvo cuatro meses en el puerto de San Petersburgo como buque nodriza para abastecer de petróleo a barcos más pequeños que efectuaron maniobras de abarloamiento a sus costados, lo que podría haber contribuido a debilitar esa parte.
